domingo, 30 de septiembre de 2012

La canción del enterrador

Será cosa de que la estación lo suscita, no lo sé, pero lo cierto es que últimamente se me vienen a la cabeza algunas canciones que dejan más pena que alegría. Por lo que cuentan, quiero decir, que, en lo musical, dejan un sabor de boca redondo.

Ya hace meses que traje la primera copla al blog y creo que es tiempo más que merecido de traer una segunda. En este caso tomando como referencia una voz masculina, la de Antonio Molina.


A poco que el lector haya estado pendiente de radio o televisión, le sobra toda introducción sobre el malagueño. Bien sea a raíz de las reposiciones de cine español de dictadura, ya sea por los innumerables gags que gente como Jose Mota o Carlos Latre han llevado a la pequeña pantalla, el falsete del maestro se ha popularizado más allá de lo meramente musical. Y, por desgracia, ha generado en ocasiones una idea falsa, rápida, vanal y maniquea acerca del cante del que fue, sin lugar a dudas, uno de los grandes exponentes de la copla (en su tiempo pocos, Juanito Valderrama o Rafael Farina, podían seguirle las huellas).

La canción que traigo hoy al blog se titula La hija de Juan Simón.
La historia que cuenta es ya, por si sola, como para hacertela escuchar dos veces, no sea que no la hayas cogido a la primera. Una de esas canciones que cuenta una historia. No estoy en contra de las canciones que no las cuentan y se centran en enumeraciones, o en concatenar imágenes individuales que vayan llevando al oyente a través de la melodía. Simplemente me parecen más complicadas de hacer (generando una cosa de calidad, quiero decir). Esta que hoy traigo me parece un ejemplo perfecto a seguir para quien pretenda conseguirlo.
Si no me equivoco mucho (lo digo porque no logro confirmalo al cien por cien), el que lo consigió  para este tema fue un sujeto que respondió al nombre de Ramón Perelló. Perelló nació en La Unión (Murcia), y es uno de los más grandes letristas de copla. Por poner algunos ejemplos, a él le debemos temas como Mi Jaca, Soy Minero o La bien pagá. Temas que iremos trayendo y comentando poco a poco. No creo que sea cuestión de clasificarlos para decir que La hija de Juan Simón es la mejor letra que Perelló escribió en su vida, pero sin duda es de las mejores.

En la versión que traemos, además, vamos a escuchar una guitarra apenas presente en la introducción para dejar el protagonismo a la voz del maestro o darle puntuales réplicas. Enorme el giro apenas alcanzado el minuto, una trasposición que me recuerda el momento que mencioné hace unos posts de Una furtiva lagrima.

Cosas buenas a tod@s.


sábado, 29 de septiembre de 2012

Pla

Albert Pla es un tipo singular. Llegó a mis orejas hace años ya, por otro catalán que, como yo, había vuelto de regreso a Granada (cientos fuimos) por avatares y decisiones familiares varias. En aquella época entró en mi imaginario musical con la Carta al Rey Melchor y con Joaquín el Necio, pero estos temas pertenecen a su tercer trabajo, aquel No sólo de rumba vive el hombre que publicara en el 92.

Hoy me trae un trabajo anterior, su primero en concreto, un disco llamado Ho sento molt que se editó en el 90.

Para empezar es un trabajo en catalán. El catalán no es un idioma complicado si se conoce un idioma latino previamente. Cualquier hablante de castellano e italiano, incluso de francés o portugués, no tardaría más de un par de meses de estancia e inmersión para comprenderlo y quizás un año para poder comenzar a chapurrearlo con cierta soltura. Por esto, seguir una canción en catalán para un latino no es tarea hercúlea ni elitista. Más bien al contrario. De esta forma (en proceso de inmersión) me llegó el tema que traigo hoy al post, un corte llamado Vida d'un gat. No hay que trabajarlo mucho, pero como son curiosos los detalles, dejo la letra al pie del post.

Quien no conozca la forma de composición y de interpretación de Albert Pla seguramente se quedará con la mosca detrás de la oreja tras su escucha. Dudando entre si se está quedando con uno, si realmente está interpretando como cree que es la mejor forma que sabe, o si directamente está transformando la interpretación en un forzado estado de ridículo con que hacer pensar al receptor. Yo creo que hay un poco de todo. Creo que Pla, que me huele que de tonto no tiene un pelo, lleva la interpretación un paso más allá de la mera ejecución de una melodía y la comunicación del relato. Abre la dimensión del juicio del oyente y destapa su faceta crítica incluso en aquellos que ignoraban que la tenían. Eso me gusta, y eso lo sabe hacer muy bien el de Sabadell.

Además los toques de humor y de imaginación de sus letras generan historias cotidianas mediante fábulas aparentemente inocentes, como la de este pobre animal aquejado de mil desgracias y al que le queda, valiente valor, recordar que tiene más vidas para ir afrontando más desgracias. No es más feliz el que más tiene.

Sobretodo a aquellos que no le conozcáis, un tipo interesante.

Cosas buenas a tod@s.




El seu pare era un vell gat gordo i coix
i sa mare una gata de carrer
i ell va néixer una nit sota la pluja
però sa mare morí al part
i el seu pare d'un infart
i va quedar abandonat pel mig dels prats
moriria de gana moriria congelat
però sort que era un gat i tenia set vides
no tenia ni pares ni un amic
ni un padrí de família que el cuidés
i així solitari justet amb uns dies de vida
va arrossegar el cos per un camí per la ciutat
però va ser en creuar una carretera
que un camió va i l'atropella en un pas zebra
però sort que era un gat i tenia set vides
i va sentir-se deprimit dèbil agobiat
tan esclafat sota el camió
veia que no podia que no podia respirar
però per res la vida no volia deixar

ferit i amb la por a la mort
va seguir una nena i la nena el va agafar
va acollir-lo en braços va posar-li un nom ridícul
se l'endugué a casa seva i va mostrar-lo a la família
però un pare sense escrúpols que l'agafa per l'esquena
i mentre renyava la nena el va tirar per la finestra
però sort que era un gat i tenia set vides
set pisos de caiguda i quedà viu sobre l'acera
rebentat i destrossat però hi ha més vides que l'esperen
hi ha vida hi ha vida

però aconseguí aixecar-se aconseguí caminar
aconseguí creuar la ciutat fins al port
i va va veure el mar i va veure un peix
va acostar-se al moll però va relliscar
i va caure a l'aigua va sentir-se perdut
ho tenia clar moriria ofegat
però sort que era un gat i tenia set vides
era patètic veure com s'enganxava a la vida
xapotejant cap a un barco que es llargava mar endintre
i aconseguí pujar-s'hi mig ofegat mort de pena
va passar tota la infància dintre d'un vaixell de pesca

set mesos després va desembarcar
en una terra estranya apocalíptica i ingrata
les cases mig destruïdes de gent morta o bé matant-se
i un merder de crits histèrics de terrors i focs i nervis
i de cop una bomba li va petar sota els peus
i va sortir volant pels aires despedint-se de la vida
però sort que era un gat i tenia set vides
i en aquell país de merda hi havia guerra hi havia guerra
i on reina la violència t'acribillen per la jeta
el cos ple de metralla que es es moria que es moria
quan va esdevenir un prodigi que ell no hagués esperat mai

una gata preciosa i piadosa el recollí
i amb el temps i unes carícies va curar-li les ferides
i es tirà follant els dies que passà en convalescència
però la gateta ocultava que estimava un altre gat
què dic un gat si allò era un tigre
que ho va descobrir unmal dia va jurar que els mataria
això era un lio de faldilles
però sort que era un gat i tenia set vides
imagineu aquella bèstia una espècie de legionari
reclamant com a venjança lenta mort pels dos amants
la gata quedà morta desgarrada a esgarrapades
i ell de què sino s'escapa perseguit com una rata

van acabar-se els tiros i eren temps de pau
de pau però misèria de penes i gana
i un dia el gat tornà a sentir que el seu cos levitava
que el seu cos desafiava tota llei de gravetat
per les potes l'agafaven i del terra l'aixecaven
i una veu il.lusionada que el mirava i exclamava
yujúúú família avui per dinar tenim gat a la brasa
però sort que era un gat i tenia set vides
va sortir per poter de miracle que no el pesquen
que no acaba com un plat de subsistència
a la postguerra hi ha gana hi ha gana

havien passat set vides però el gatet mai no es moria
la veritat no comprenia la gràcia d'aquesta vida
i ara tan sols s'arrastrava sols errava sols vagava
ara era un vell gatot de merda despreciat per tot el món
que era el pot de les hòsties que és que estava cremat
però hostia puta quina vida més perra que tenia
i per desgràcia era un gat i tenia set vides.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Una furtiva lagrima

Siguiendo lo que empecé, me traigo al blog una musiquilla que me persigue de tanto en tanto, en realidad un parte pequeña de la misma, el comienzo de un romanza llamada Una furtiva lagrima y que forma parte de una ópera cómica (de nuevo cómica) llamada L'elisir d'amore, de un autor llamado Gaetano Donizetti, una especie de Andrés Calamaro de incontinencia creativa que caminaba la tierra allá por la primera mitad del siglo XIX.


Y de qué va L'elisir d'amore? A ver si no me lío.
Chico humilde (Nemorino) pierde los huesos por Chica de alta cuna (Adina). Chica de alta cuna pasa de chico humilde. Chico humilde escucha el relato de Tristán e Isolda y cree que debe de existir algún tipo de bebedizo que haga que Chica de alta cuna caiga rendida a sus pies. Vendedor-estafador ambulante (Doctor Dulcamara) vende a Chico humilde frasco con vino barato y Chico humilde se lo toma. Creyendo estar bajo el influjo de un elixir finge indiferencia frente a Chica de alta cuna, y claro, que raro, esta se indigna y, se da cuenta de lo que le atrae el Chico humilde. Despechada se compromete en matrimonio con Militar galán (Belcore). Fin del Acto primero (más o menos).

Durante la boda Chica de alta cuna rabia por no ver a Chico humilde por allí y decide alargar el momento del "sí" con Militar galán. Chico humilde llega deprimido y le pide a Vendedor-estafador ambulante más elixir. No tiene dinero, así que más deprimido. Militar galán, que sabe del amor del Chico humilde, le convence para que firme por el ejército para obtener inmediatamente dinero (sabiendo que lo necesita pero no para qué). Piensa así estar enviando a la guerra (y a la muerte) a su rival.
Chico humilde recibe (sin saberlo) una herencia que da susto de un tío lejano que ha muerto. Por el pueblo corre la voz mientras él, ajeno, se pone tibio de elixir (vino barato) del Vendedor-estafador ambulante. Como las chicas del pueblo han oído el tema de la herencia comienzan a sonreirle, acercársele, coquetearle, y el pobre se cree que son los efectos del elixir. Chica de alta cuna ve el percal de zalameras ronroneandole y se la llevan los demonios. Chica de alta cuna habla con Vendedor-estafador ambulante y éste, sin saber que ella era el objeto de amor del chaval, le cuenta que el tipo se ha gastado hasta el último centimo en el elixir por una chica a la que ama y que el pobre marchará mañana a la guerra. Chica de alta cuna comprende de pronto todo y cambia de actitud decidida a hablarle claro al chico.
Chico humilde cabila sólo y recuerda que vió una lágrima en la cara de Chica de alta cuna una de las veces que la rechazó. Entonces se le ilumina la bombilla y se da cuenta de que la Chica de alta cuna le ama.
Ambos se encuentran y finalmente se funden en un beso.
Militar galán los ve y comprende que no tiene nada que hacer con esa chica y que el mar está lleno de peces.
Vendedor-estafador ambulante demuestra como su elixir funciona y la gente se le acumula solicitándolo
Todos felices y a comer perdices.

Bueno, pues así, más o menos, se desarrolla la trama de esta ópera del 1832 con libreto de Felice Romani según una cosa anterior llamada Le philtre.
Una de las óperas más representadas (esta misma temporada de otoño vuelve a sonar en Barcelona) y conocidas.

Pues el caso es que tiene esta obra una romanza llamada Una furtiva lagrima que es un pedazo de tema. Como es fácil de deducir viene casi al final del segundo acto, justo cuando Nemorino recuerda que vió una lágrima sobre la cara de Adina cuando la rechazó antes y entonces comprende que ella le ama.
Minutos: 1:59 y 3:32. En esta versión no queda tan patente como en otras, pero lo que hace la orquesta aquí es increíble.

Adjunto interpretación de Alfredo Kraus, encontraréis una de Enrico Caruso si buscáis por YouTube, pero no me ha parecido tan bien grabada como ésta (1901 no es 1990, está claro). 

Ójala os guste tanto como a mí.

Cosas buenas a tod@s.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Que yo lo hiciera no significa que esté bien

Tengo una larga charla, de esas que se quedan colgadas en algún punto tras las cervezas y se retoman como si tal cosa varios meses más tarde, que concierne a algunos tipos de diferente pelaje, y contrastada calidad, que han decidido, una vez encontrada la fórmula del éxito, quedarse a vivir en ella y engordar sus bolsillos aún a costa de recluir su genio al interior de reducidos círculos, casi todos alejados del ojo del gran hermano que todo lo ve y todo lo cuelga en you tube.

Dentro de este subconjunto de la realidad hay dos tipos a los que la controversia rodea y traviste: Fito Cabrales y Alejandro Sanz. Así que dado que son las siete y aún me queda un ratito para cenar, me pongo con ellos a ver qué sale.

Discutir si Fito o Alejandro son músicos a respetar o son escoria del río es algo, a mis entendederas, fuera de todo debate. Me baso en lo que he ido averiguando de ellos, en lo que me han contado algunos que han estado más cerca de ellos que yo, en lo que ha pasado por mis orejas y no estaba publicado, pero también me baso en sus trabajos oficiales, en sus arreglos, en su evolución como músicos más allá de la etiqueta del mainstream.

Cuando yo iba a la escuela nos contaban historias (para no dormir) de ese compendio inescrutable de paradojas que es La Biblia. Algunas se me han quedado grabadas como sólo se graban las cosas cuando uno tiene la candidez adecuada y la despreocupación necesaria. Hablaba una de esas historias de la responsabilidad que comporta el que ha sido bendecido con un don. Una responsabilidad que le debe de hacer trabajarlo y desarrollarlo para sacarle el máximo partido. No sólo por él, también por su comunidad.
Una de las infinitas vias, por tanto, por las que un hombre (o una mujer) normal y corriente, digamos que llamado Pepe, podía convertirse en un mal cristiano era el entregarse a la vagancia y anteponer su pereza al riesgo y al sacrificio que la posesión de un don conlleva como vehículo para su crecimiento.

De sacrificios no hablaré, pero de riesgos sí, y estos dos sujetos que me ocupan hoy el post hace tiempo que no corren ninguno cuando de temas económicos por en medio se trata.
Ambos encontraron la fórmula que les funcionó, lo cual tiene, en sí mismo, un mérito insondable. No van por aquí mis tiros. Las balas de plata las disparo en el sentido de ser capaz de reinventarse. Lo hizo Dylan cuando todo el mundo le tenía como la cúspide del folk acústico. Lo hicieron los Beatles cuando sacaron su Revolver y nos dejaron mudos a todos. Incluso lo hicieron los Stones aunque con menor fortuna y acierto. Porque no está en el éxito con el cambio el quid de mi cuestión, sino en la valentía de atreverse al mismo.
Tiene sentido cambiar para hacer una mierda que no cambiar para hacer siempre el mismo disco?. Tengo una respuesta de la que estoy convencido: sin duda. Y los que deben de atreverse al cambio son los que pueden acometerlo con unas mínimas posibilidades de éxito. Los que guardan dentro recursos y cultura, genio y capacidad. Los que han encontrado la fórmula una vez deben de estar marcados por el sino de tener que partir de nuevo a su búsqueda. Así se forja la evolución. Así lo hizo Muddy Waters y así lo hizo David Bowie. No de otra manera cambiaron de rumbo Camarón, o Wagner.

Hay cientos de artistas a los que no podría dedicar este post. A Fito y a Alejandro sí, aunque no lo lean ni les llegue. Tengo canciones de los dos en mi imaginario (de uno más que del otro, pero no tanto ya por tema de calidad sino de mera afinidad) y son temas redondos a los que poco se puede apostillar (también hay de los otros, también). Pero ocurre a veces que le da a uno por recuperar el lugar común tan recurrido en estos casos y dejarse vencer por frases del estilo "todos sus discos suenan igual" o "lleva quince años haciendo el mismo disco". No es así, pero algo de verdad sí que encierran. Y mira que yo mismo, habiendo encontrado ese lugar entre las ramas, sería el último en bajar del árbol para volver a comenzar el camino. Pero a mi los dones debe de ser que me los asignaron a facetas ocultas que aún estoy por descubrir. Será porque ya no comulgo...

Fito, Alejandro, atreveros coño, que yo lo hiciera no significa que esté bien.

Cosas buenas a tod@s.


sábado, 22 de septiembre de 2012

De muertos agradecidos.

Dijo una vez Jerry Garcia (he aquí un sitio curioso sobre el mismo), cantante, instrumentista y compositor de los The Grateful Dead : Los discos no son indicadores absolutos, son sólo productos. Y no puedo estar más de acuerdo con él. Sacar conclusiones de una banda, la cual puede tener un largo y complejo historial cargado de cambios y evoluciones, incluso antes de la publicación de su primer trabajo, por un sólo álbum, siendo éste incluso el seleccionado por la crítica como el más significativo de su carrera, es un error de cálculo. Por eso no quiero extender la impresión del trabajo a toda una carrera y reconoceré por adelantado que lo que de éstos sé lo conozco más de lo leído que de lo escuchado.

Huyendo de cualquier subjetividad sí diré, para aquellos a los que no les suenen los de Palo Alto (California), que se trata de una alineación rock nacida en el 65, y donde hay que señalar directamente, y aparte del ya mencionado Garcia, a Bob Weir (guitarra y voces), Ron "Pigpen" McKernan (teclador, harmónica y voces), Bill Kreutzman (batería) y Phil Lesh (bajo).


Y, así, desde la ignoracia, la pregunta del millón para el neófito: vale la pena saber quienes son éstos?. Pues yo diría que sí. The Grateful Dead fue un grupo de rock absolutamente inmerso en la América californiana de segunda mitad de los sesenta y primeros setenta. Con todo lo que ello significa a nivel de verano del amor, drogas, sonidos psicodélicos, inmersión y posterior electrificación del folk, etc, etc. Cualquier crónica de la escena musical de aquel momento acabará topándose, a poco que ahonde, con estos sujetos.

El caso es que hoy traigo aquí uno de sus trabajos de estudio, y precisamente Garcia, Weir y el resto son de los que tienen un currículum a nivel de directo de los de echar para atrás. Tanto por la devoción de sus seguidores (los conocidos como deadheads) a registrarlos como por la modificación y experimentación que sobre las melodías originales perpetraban sobre las tablas. Conciertos de ellos pueden encontrarse en la nube en diferentes sitios. Por proponer uno, la web Archive , donde pueden escucharse en streaming o, en ocasiones, incluso descargarse para escuchar tranquilamente donde a uno le apetezca. No me he metido en ese fregado de momento, de forma que tengo que hablar de lo leído cuando avanzo que los Deads del directo son un grupo diferente al de estudio (al de estudio del American Beauty quiero decir), arriesgado, innovador, rompedor e iconoclasta.

Y permitidme que me centre ya un poco en el American Beauty.
No me ha impactado lo que esperaba. Siento decirlo así porque cortes como Friend of de devil forman parte de mi imaginería personal. Porque uno no es de permanganato y cuando abre las orejas para investigar uno de esos 500 grandes álbumes de todos los tiempos segun la Rolling Stone espera el shock y el calambre subiendo, espalda arriba, la espina dorsal completa. Y no ha pasado así. Consecuencias negativas de comenzar algo con expectativas demasiado elevadas.
Tampoco es que me haya decepcionado o no lo haya acabado de comprender (como me pasó en su día con trabajos del relumbrón del OK Computer de Radiohead o el Mellon Collie and the Infinite Sadness de The Smashing Pumpkins). Simplemente no me ha parecido tan diferenciador del sonido de su época como para entender el paso adelante o la carga influenciadora que pudo tener. Es sencillamente bueno, sin necesidad de adornar el adjetivo con más parafernalia. Al nivel de unos Crosby, Still, Nash and Young, unos Jefferson Airplane, unos Byrds, unos Buffalo Springfield. Primera división, no se me confundan, sólo que no me dió el latigazo.

Como esta semana comenzó a llover, voy a pasar de la canción mencionada arriba y, para seleccionar un corte de la galleta, me quedo con esta Box of Rain. Con ese juego melódico de voces que tan bien se les daba a los Deads, con el ritmo sostenido y la límpida melodía del folk de casta. Friend of the Devil y Truckin me las guardo en la manga. Ahí hay otras cosas que contar.

Cosas buenas a tod@s.




viernes, 21 de septiembre de 2012

Transición poliédrica

Esta semana nos dejaba una de esas figuras que el lenguaje popular hispánico cataloga de "padres de la transición". Hablo de Santiago Carrillo. En paz descanse, faltaría más.
Uno, que le tiene vicio a la cosa ésta de la música, liga unas cosas con otras y le da por pensar en la música que se escuchaba por aquí en aquellos momentos. Años 73, 74, 75, 76 ... y a uno se le viene a la cabeza el trabajo de dos flamencos que agarraron su guitarra para saltar de la elevada azotea de los círculos exclusivos al firme gris de las aceras, el mismo que pasean los curritos y los borrachuzos a las seis de la mañana, somnolientos los dos.

Estos dos tipos respondían a los nombres de Manolo Sanlúcar y Paco de Lucía. De Sanlúcar el primero, de Algeciras el segundo, gaditanos los dos. Como no podía ser de otra manera. Parte de ese triángulo mágico que forman Jerez, Triana y los Puertos. La cuna del flamenco bueno. Dos sujetos que iniciaron un camino sobre nieve virgen. Dicen los que saben de esto, y me parece a mí que dicen bien, que Paco tuvo aquí un papel más relevante que Manolo, más profundo y con mayor repercusión en lo venidero. No por eso, pero sí por cercanía, hoy voy a hablar de Paco y del que es, posiblemente, su tema más reconocido: Entre dos aguas.

Por decirlo brevemente: el flamenco en parte, pero principalmente los adyacentes al mismo que escuchamos hoy día, no serían lo que son si no hubiera nacido Paco y si no se hubiera dedicado como se dedicó a la guitarra.
De casta le venía al galgo. Nacido de Lucia Gomes La Portuguesa, de ahí lo de Paco el de la Lucía, y de Antonio Sanchez, el pequeño Paco comenzó pronto a amorrarse "al palo". Su hermano Ramón guitarrista. Su hermano Pepe cantaor profesional. Paco tenía un camino trazado y lo anduvo.
Bebió de los buenos (ya tendremos tiempo de traer por aquí a Sabicas) y un buen día se convirtió en un tocaor de primer orden.

Y aquí es donde Paco comienza su andadura. Ahora hablamos de fusión con naturalidad. Eso es bueno. Yo soy un mil-leches, y creo en la pureza lo justo, lo mismo que creo en la mezcolanza lo justo. La persistencia en el tiempo y el espacio de ambas genera siempre conversión, transformación, evolución y enriquecimiento. Pero en aquellos años de caudillos encamados y príncipes con cara de susto, sacar el pie de la maceta no era tarea sencilla. Paco se atrevió. No fue el único, pero él se atrevió, y lo hizo bien.

Abrió el telón de los teatros fuera de España llevando el flamenco a oídos nuevos, adecuando los sonidos, los tonos y los ritmos, generando rampas de acceso a las cuevas donde duerme el duende agazapado. Virgilio con quien descender a los infiernos, al calorcito de la guitarra y el vino, a esa cosa que es el flamenco cuando quema y que tan complicado es de explicar al expectador acomodado en el tópico.

Y no de forma incosciente paso por el post sin mencionar a Camarón. Paco, por sí sólo, bien lo vale.

Disfrutad por favor de un tema exquisito.

Cosas buenas a tod@s.


sábado, 15 de septiembre de 2012

Golpes por minuto y antropología musical

Me meto yo sólo a veces en unos berenjenales que me convierten en mi peor enemigo. Ya me dirá el lector para qué comienzo poniéndole este título al post si no sé bien cómo voy a ligarlo con el disco del que quiero hablar.

Todo nace de la importancia que, en el tipo de música que comento hoy, tiene el ritmo. Me compré un libro genial (intuyo, ya que lo tengo aún por leer) sobre música clásica (ay la clásica, la gran olvidada de este blog de barrio) que tiene un arranque sensacional. Como si Dios hubiera antepuesto la frase a los Diez Mandamientos de su Ley, sentencia el autor: Los elementos básicos de la música son el tono y el ritmo. Y punto y aparte.
Ahora sería genial que un viejo y reconocido director de orquesta apuntillara una de esas líneas mágicas de guión clásico: hijo, si sabes eso ya tienes el noventa por ciento de la música del mundo en la mollera.

Y es que el ritmo es una de las bases del universo. El ritmo como métrica para considerar el paso del tiempo. Para aprehender los ciclos y dar unidad con la que medir las evoluciones. La primera canción debió de ser algo muy parecido a alguien modulando la voz y golpeando algo contra algo. Estoy convencido. Tono y ritmo.

Ya hablé de un tipo llamado David Mancuso, y de otro llamado Larry Levan, incluso de un tercero, un tal Franky Knuckles. Ellos formaron parte de una semilla que comenzó a priorizar el ritmo sobre el tono. Que buscó la forma de extender la experiencia musical desde el oído a la piel. Y unas cosas llevan a otras y la música electrónica emergió como una forma ilimitada de afrontar las dos variables priorizando la segunda.


Esta semana he estado escuchando un trabajo llamado Surrender de unos tipos megaconocidos: The Chemical Brothers. The Chemical Brothers son Tom Rowlands  y Ed Simons. Y no, no son hermanos. Me ha gustado el disco? Mucho. Sé que hay mucha gente a la que le sorprende que me guste la música electrónica, pero no lo puedo evitar, es así. No me gusta toda (y ahora trenzo con el título del post), pero encuentro extrañamente natural todo lo que se mueve entre 120 y 140 BPMs. Y ahora me explico.

El corazón de una mujer adulta en reposo debe de estar en torno a las 80 pulsaciones por minuto, o, si me permitís, golpes por minuto. En inglés Beats Per Minute, o, por su acrónimo BPM. Creo que es el ritmo básico que tenemos en la cabeza. El primero que sentimos en la vida y el que nos marca ya para siempre. Cuando realizamos un esfuerzo físico (bailar? tocar un instrumento con fruición y excitación?) subimos a un rango (si todo está en condiciones) de entre 120-140 BPMs. Qué casualidad!, el ritmo base de una parte considerable de la música electrónica. Y dentro de ella del subestilo que estos chavales ayudaron a generar y difundir, el big-beat.

Por encima tenemos espacio en el jungle y el drum'n'bass para ascender a las 160BPM o las 180BPM, pero, ves?, se me hace más durete el asunto. el big-beat entra solo.

Y no estuvieron solos los de Manchester, hubo una escena de gente muy conocida, desde Fat Boy Slim a The Chrystal Method, pero de ellos hablaremos otro día.

Dicen los que saben que este trabajo del 99 significó precisamente la evolución del dúo del sonido puramente big-beat a entornos más house. Desde luego cortes como Got Glint? o Hey Boy, Hey Girl lo atestiguan. Pero la herencia del señor Knuckles no es el centro del post.
Una pieza fundamental de este estilo es el uso de samplers. Ahora me pondré muy gilipollas si explico que es un sampler, pero a riesgo de la crítica lo hago. Sampler es un término inglés que viene de la palabra inglesa sample, que significa "muestra". Es decir, es una muestra de algo. De qué? Pues de algo previamente grabado. Un ejemplo: Tom y Ed llaman a su amigo Noel Gallagher y le dicen "Oye tronco, cantate algo, que te grabamos". Le graban y luego toman la grabación y se quedan con toda, o con partes, o la dividen en trozos y los reordenan. Con ellos juegan sobre una base que han hecho aparte (como el sofrito de Arguiñano) utilizando engendros electrónicos varios que otro dia comentamos. Lo suman todo, lo graban y aparece una canción. Pues eso, más o menos, ocurre en el tema Let Forever Be, que me parece la canción más inmediata del álbum y con la que cerraré hoy el post.

Algo parecido hicieron con dos grandes como Bernard Sumner (de New Order) y Bobby Gillespie (de Primal Scream) para generar el corte Out of control.
Si hablo de todos me va a salir un post muuuy largo, así que meramente los menciono. Sería un pecado no decir que aparecen por aquí.

Poco más. Sé que mucha gente que lee esto no cree en la música electrónica. Es entendible que no le guste a alguien, pero es barato etiquetarla a priori como de segunda división en cuanto a calidad o valor artístico. Otro día contaré una anécdota genial al respecto en la que se ve mezclado David Bowie y un conocido y viejo guerrero del rock sureño de los 50.

Cosas buenas a tod@s.



viernes, 14 de septiembre de 2012

Problemas generacionales

La gente trata de menospreciarnos (Hablando de mi generación)
simplemente porque no paramos quietos (Hablando de mi generación)
miran las cosas con una indiferencia atroz (Hablando de mi generación)
ojala me muera antes de envejecer (Hablando de mi generación)

Esta es mi generación
Esta es mi generación, nena

Por que no desapareceis (Hablando de mi generación)
y dejáis de fastidiar todo lo que decimos (Hablando de mi generación)
No pretendo causar una gran sensación (Hablando de mi generación)
sólo hablo de mi generación (Hablando de mi generación)

Esta es mi generación
Esta es mi generación, nena

Mi generación

Por que no desapareceis (Hablando de mi generación)
y dejáis de fastidiar todo lo que decimos (Hablando de mi generación)
No pretendo causar una gran sensación (Hablando de mi generación)
sólo hablo de mi generación (Hablando de mi generación)

Esta es mi generación
Esta es mi generación, nena
Mi generación


La gente trata de menospreciarnos (Hablando de mi generación)
simplemente porque no paramos quietos (Hablando de mi generación)
miran las cosas con una indiferencia atroz (Hablando de mi generación)
ojala me muera antes de envejecer (Hablando de mi generación)

Esta es mi generación
Esta es mi generación, nena
Mi generación
Hablando de mi generación
(Hablando de mi generación)


Dentro de esta sección que insiste en saber de qué nos hablan las canciones, un himno generacional (y perdón por la facilidad). Una canción sublime que es, a la vez, todo un himno para un servidor (y para la mitad de mi generación (perdón, volví a hacerlo)). Una canción cantada por unos monstruos: My Generation, de The Who.

Corría el año 1965 cuando salió a la luz el primer álbum de unos chavales de las islas agrupados bajo la etiqueta The Who. Si el podio del éxito de la música popular internacional tiene a Beatles y Stones encaramados en las dos posiciones más altas, la eterna discusión de quién habría de encontrarse en tercera posición extiende el debate a una serie de grupos entre los que, estos chavales, deben de aparecer con las máximas posibilidades (y The Byrds, y The Kinks, y ...).

Son tan grandes que, aunque sea por una vez en la vida, hay que leerse sus nombres aunque sea a consta de olvidarlos diez minutos más tarde. The Who eran: Keith Moon, un baterista único del que otro día hablaremos más en detalle; John Entwistle, el bajo del grupo y sin lugar a dudas un referente mundial; Roger Daltrey, un front-man con todas las de la ley, aunque sacara de quicio a algunos americanos de esos que tienen dos manos, la derecha y la extrema derecha; Pete Townshend, posiblemente, junto a Hendrix el gran guitarrista de la música popular del siglo XX, sólo igualables por un puñado de avanzados como Page, Clapton, Beck, ...

Pero hoy toca hablar de la canción. Quién no conoce este tema?. Y lo cierto es que quien se acerque a The Who por él tiene muchos números de encontrarse con un escenario muy diferente de lo que podría haberse imaginado. Algo parecido al que se acerca a The Beatles pensando que todo es Yesterday. Circunstancia que, no obstante, no resta ni un gramo de genialidad y fuerza al tema.

Por aquel entonces los Who formaban parte de ese grupo de jóvenes británicos obnubilados con los sonidos R&B americanos y las reminiscencias delta (chavales como Richards, Davies, ...), y empapados como estaban hasta la médula se metieron en la elaboración de un grito de guerra para una generación perdida, el colectivo mod. Sacaron sus guitarras y sus ritmos a relucir y parieron una banda sonora y un lugar común donde volcar la rabia de la incompresión de unos pocos ante una sociedad adulta que les ignora, les malinterpreta y les aisla. El eterno problema generacional intrínseco a la humanidad misma.

Un punto especialmente característico de la misma es el efecto sonoro (cacofónico?) de Daltery al final de algunas frases, ese tartamudeo genial que el propio manager de la banda, Kit Lambert, encontró como un rasgo del carácter más intrínseco de la dicción adolescente británica de un chaval atropellado por soltar la idea que la rabia le ha creado. Un tartamudeo que hizo a la BBC no promover el tema hasta que tuvo fama suficiente por cautela ante posibles quejas de la audencia entendiendo la canción como una burla hacia la tatamudez (gente que se la coge con papel de fumar ha habido siempre).

Una curiosidad de la misma es el bajo de solo que se marca Entwistle. Como nadie se había parado a dar esa atención al bajo con anterioridad, era común en las primeras emisiones en televisión que la cámara, al llegar el momento, apuntara en plano corto las manos y la guitarra de Townshend, que permanecían paradas, mientras la línea evolucionaba y alguien (el realizador) miraba los monitores en busca de la raíz del sonido para pinchar donde tocaba.

Una canción preciosa donde las haya. Un temazo. Por algo nadie debería de ignorar quienes fueron The Who.

Cosas buenas a tod@s.

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People try to put us d-down (Talkin' 'bout my generation)
Just because we get around (Talkin' 'bout my generation)
Things they do look awful c-c-cold (Talkin' 'bout my generation)
I hope I die before I get old (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

Why don't you all f-fade away (Talkin' 'bout my generation)
And don't try to dig what we all s-s-say (Talkin' 'bout my generation)
I'm not trying to cause a big s-s-sensation (Talkin' 'bout my generation)
I'm just talkin' 'bout my g-g-g-generation (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

Why don't you all f-fade away (Talkin' 'bout my generation)
And don't try to d-dig what we all s-s-say (Talkin' 'bout my generation)
I'm not trying to cause a b-big s-s-sensation (Talkin' 'bout my generation)
I'm just talkin' 'bout my g-g-generation (Talkin' 'bout my generation)

This is my generation
This is my generation, baby

People try to put us d-down (Talkin' 'bout my generation)
Just because we g-g-get around (Talkin' 'bout my generation)
Things they do look awful c-c-cold (Talkin' 'bout my generation)
Yeah, I hope I die before I get old (Talkin' 'bout my generation)

martes, 11 de septiembre de 2012

Los Ángeles

En la vida hay que ser agradecido.

Por eso creo importante comenzar este post con un agradecimiento a dos personas, el director y el guionista de un documento que enlazaré más abajo y que terminó publicándose allá por el 2006. Ellos son respectivamente Alejandro Pérez y Fernando Diaz de la Guardia.

El resultado es un documental acerca de la formación, vida y continuidad de una de las bandas que conformó aquello que aquí en el blog llamo la edad de la inocencia, ese tramo de los 60 en el que España comenzó a abrirse a nuevos sonidos gracias al esfuerzo y sobretodo la ilusión de unos cuantos jóvenes que rompieron con lo establecido para que viniéramos detrás los borregos a pastar tranquilamente en la ladera. Se llamaron, se llaman, Los Ángeles.


Todo está en el video, sobran los datos en el post, tan sólo hacer una breve introducción para aquellos que nunca oyeron hablar de éstos. Los Ángeles comenzaron siendo dos colegas apasionados por la música moderna. Sin pretensiones más allá que la de tocar en alguna reunión de amigos o en algún pequeño encuentro a nivel local. Más adelante se les unió un tercero, un chaval dos años mayor que además de tocar la batería tenía la visión y el entendimiento musical que les faltaba a los primeros. Más tarde se uniría un bajo. Si bien hubo variaciones en su alineación debido a servicios militares y decisiones varias de abandonar una vida de viajes y bolos, podemos decir que la formación clásica de los granadinos la conformaron Alfonso González (Poncho, batería y voz), Carlos Álvarez (guitarra y voz), Agustín Rodríguez (guitarra rítmica y coros) y Paco Quero (bajo). Importante no dejar de mencionar a Pepe Robles (que, a su marcha, formará Módulos) y a José Luís Avellaneda.
Un nombre a mencionar imprescindible en su despegue, el de Rafael Trabuchelli. Trabuchelli fue un productor sin el que no podríamos explicar la música popular de este país en los 60. El sonido torrelaguna de Hispavox. Otro día volveremos sobre esto.

Los Ángeles fueron, sobretodo durante su primera época, un grupo de versiones. Pero, qué versiones!. El video que podéis seguir en los enlaces de abajo deja constancia por contemporáneos perfectamente cualificados para ello de un sonido y unos juegos vocales excepcionales, de un oficio levantado a base de tocar todas las noches y ensayar todas las mañanas y que hace de la de músico una profesión al nivel de cualquier otra en cuanto a dedicación y esfuerzo.

Videos
LOS ÁNGELES DE ESPAÑA PARTE 1
LOS ÁNGELES DE ESPAÑA PARTE 2
LOS ÁNGELES DE ESPAÑA PARTE 3
 
Yo viví muchos años en un cuarto.
En el tercero, debajo, en parte, de lo que era mi dormitorio y la cocina del piso de mis padres, vivía la madre de Paco Quero, la señora Pilar. Mi padre siempre que nos la cruzábamos me lo recordaba.  Y en alguna ocasión llegó a tararearme la melodía pegadiza y optimista de 98.6. Desgraciadamente la radio de finales de los 70 no visitaba ya aquellos sonidos. Como es de ley nuevos tiempos arramblan con los viejos y se autodeterminan utilizando la negación a lo recién pasado como medio. Esperando al estado de clásico se quedaron estos, y otros muchos, sonidos durmiendo el sueño que ahora, humildemente desde este mismo post, reivindicamos.

Una versión preciosa. Un himno en mi caso. No era de ellos, pero ellos la cantaban... sí, como Los Ángeles.

Cosas buenas a tod@s.



lunes, 10 de septiembre de 2012

HDMNSDSE: Gov't Mule

Pasa poco. Cada vez, de hecho, pasa menos. Se trata de estar un buen día a otras cosas y que se te cruce en el camino un sonido que te hace pensar "dónde he oído yo esto antes?". El caso es que nunca, al menos de forma consciente, lo has escuchado jamás. Entonces viene la segunda parte, la de abrir más las orejas y escuchar con más atención. Si le sumas que te deja clara la escucha un nivel técnico importante y una destilación de sonidos clásicos inconfundible la duda te asalta. Proyectos en solitario de excepcionales guitarristas?, trabajos corales en homenaje a estrellas muertas?, caras "B" o bootlegs de una banda llena estadios?.

No sin cierto sonrojo tengo que publicar que este fin de semana se cruzaron en mi camino unos que no conocía: Gov't Mule. Digo que "no sin cierto sonrojo" porque estamos hablando de una de las mejores bandas de rock sureño que vieran la luz a finales del siglo pasado. Y porque vienen de alta cuna, ya que se trata de un proyecto paralelo de algunos de los músicos que conformaron la Allman Brothers Band en su vuelta post-Dreams, ahí es nada. Estamos hablando de dos señores que responden (o respondían) a los nombres de Warren Haynes (guitarra), Allen Woody (bajo) y un tercer sujeto de nombre Matt Abts (baterista) al que Haynes conocía de un proyecto anterior.
Juntos, al mejor estilo de power trios como Cream, se embarcan en una aventura de rock sureño clásico enraizado en la tradición bluesera del delta hasta el punto del subsuelo donde Mississippi pierde su nombre.

No he escuchado aún mucho de ellos. Estoy en el momento "flechazo" todavía, y lo poco que he hecho pertenece a su trabajo del 98, un álbum llamado Dose. Como en todos los HDMNSDSE, poca información más tengo como para poder recomendar. De primeras la escucha de Dose se me antoja necesaria. Luego iré recorriendo el camino y, si todo cuadra, volveré con ellos por aquí para contarlo.

Una anécdota curiosa. Por qué "Gov't Mule"? Pues hace referencia a una promesa de la época de la Guerra de Secesión Norteamericana. La promesa consistía en la concesión tras la contienda a cada esclavo negro liberado de 40 acres de terreno y una mula (la mula del gobierno, la Government's Mule o, abreviando, Gov't Mule). Aquella promesa, finalmente, no se cumplió. El presidente Andrew Johnson (1865-1869) permitió a los terratenientes esclavistas reclamar de vuelta sus propiedades. Y ahí terminó el invento. En los USA se puede encontrar esta frase a menudo con el significado de cosas que se prometen pero al final no se cumplen. Ironía o no encubierta, Haynes y Woody la escogieron para su banda.... y ahí sigue, que yo sepa.

Cosas buenas a tod@s.


domingo, 9 de septiembre de 2012

Pequeñas historias de Benalúa de Guadix

Cuenta mi madre un chiste de forma un tanto recurrente. Un vecino de Benalúa se decide por visitar a un hermano que emigró a Alemania. Se dirige a la pequeña estación de autobuses del pueblo y pregunta: "un billete para Munich por favor?". El operario, que se lo mira, le responde "Verá usted, yo lo más que le puedo dar es un billete a Guadix, y desde allí usted mismo se busca la vida".
Llega el hombre a Guadix y, acercándose a la taquilla, pregunta:  "un billete para Munich por favor?". El empleado extrañado se mira la hora en el reloj de muñeca, levanta la vista y responde: "A ver, Munich no sé, pero sale un autobús a Granada dentro de media hora, si quiere le doy un billete".
Nuestro conocido llega a la estación de autobuses de Granada, se dirige a ventanilla y, optimista él, vuelve a preguntar: "un billete para Munich por favor?". La operaria le observa con incredulidad y le responde: "lo siento caballero, desde aquí lo más que puedo hacer es expedirle billete hasta el aeropuerto de Málaga, y allí usted mismo ya podrá preguntar"
Sin decaer en su empeño llega nuestro protagonista a Málaga y solicita un billete para Munich. Por fin, sin más demoras, consigue su tarjeta de embarque y vuela en busca de su hermano.
Tras una provechosa estancia nuestro ya amigo decide volver a su pueblo. Se acerca con su hermano a sacar los billetes de vuelta y, despistado y confiado solicita: "disculpe, un billete para Benalúa". A lo que la operaria alemana le responde "a Benalúa de las Villas o Benalúa de Guadix caballero?".

Bien, valga la anécdota para introducir que pasé por Benalúa de Guadix este verano y compartí, en excelente compañía, el día previo a un concierto de una banda de rock. Otro día comentamos esto si os parece. El caso es que la noche cayó, los focos se encendieron y el espectáculo comenzó. Y en medio de él: Los Deltonos.

Como no se trata de la banda más conocida del mundo, un par de apuntes sobre su ya larga trayectoria. Los Deltonos son un combo de cántabro de rock bluesero nacido a mediados de los 80 de la mano de su alma y líder Hendrik Röver. Me llegaron, tiempo ha, a través de su segundo trabajo, aquel Bien, mejor (1992) que visitaremos más adelante. Y lo cierto es que los tenía aparcados desde entonces. La ocasión la pintaban calva y la cogí por la melena.

En concierto los temas de su último trabajo, un La caja de los truenos que me ha acompañado esta semana. Leí durante los meses de verano alguna reseña al respecto, la mayoría insistiendo en el proceso de grabación directo de los temas. Hendrick ha preferido tener a la banda junta y sonando a la vez para intentar cazar el ambiente de la primera toma. Creo que el resultado lo expresa mejor que nada. Canciones cercanas, con una línea vocal algo baja pero muy creíble, como si se tratase de un ensayo general antes de meterse en estudio.

Y los temas de este trabajo son de esos que van entrando poco a poco. Me gusta más la melódica de Röver que su lírica. No acabo de entender la forma en que aprieta en ocasiones las palabras dentro de líneas que no dan ya más de sí. Sin embargo a la quinta, sexta escucha, eso se transforma en una especie de marchamos de la personalidad del compositor y pasa a ser creíble y conformar el esqueleto de la canción misma. Me pasa en Gasoil y chocolatinas sin ir más lejos, o en ese arranque genial de Lo que parece y esa segunda estrofa que tanto se me atragantó los primeros días. Por supuesto con El sector de los milagros. Aires a Quique González en A qué vino volver.

Sobre el escenario imprescindible el trabajo de esa sombra protectora que es Fernando Macaya.

El directo sonando espectacular. Puntuales y profesionales. La cosa esa a la que siempre recurre el perro viejo que ha tragado carretera: "oficio". Y después de 1000 kilómetros de furgoneta y show, el propio Hendrik destapando la maleta sobre la acera para sacar el merchandising y los compactos. La faceta de la carrera musical que no se observa desde casa. Allí me acerqué, allí le felicité y de allí me llevé esta galleta de temas menores pero sinceros. Dedicada en la portada al blog de su puño y letra. Luego, en frío, me ha dado verguenza escanearla y reproducirla. Me la quedo en la estantería.

A la mañana siguiente todos salimos de Benalúa, unos a recorrer 1000 kilómetros de vuelta, otros a re-encontrarnos con familias desperdigadas, algunos a afrontar retos profesionales con olor a etapas quemadas y horizontes nuevos. Todos dejando Benalúa en silencio de nuevo, habiendo firmado un trozito de una más de sus pequeñas historias.


Os dejo con un disparo de Hendrik y Fernando.

Cosas buenas a tod@s.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Sonrisas ladeadas

Contaba Serrat en ese himno llamado Los Fantasmas del Roxy, tema que un día pasará por este blog, que había una vez, en un banco, una cajera desparramada por la sonrisa ladeada del fantasma de Clark Gable. Desde ese justo momento desee tener yo una sonrisa ladeada. Y la buscaba frente a un espejo. Y nunca daba con ella... Así las cosas no me quedó más alternativa, me la inventé.
Esta noche la saco a pasear. Y lo hago por un colega que sigue este blog con extraña fruición últimamente. Creo que es él. No conozco nadie más en su ciudad.
Él me abrió algunas puertas a algunos grupos, imagino que lo hice yo con otros. El grupo que traigo hoy lo conozco porque él se empeñó en ello. Vinieron, sonaron, y se quedaron. Se llamaban Los Flechazos, y, si no los conocéis, no podéis imaginaros hasta dónde puede llegar el pop nacional, el surf y la movida mod más carnavalera.

Como esta entrada es una sonrisa ladeada, no explicaré cuando empezaron, ni de donde son, ni cuantos trabajos lanzaron ni por qué se separaron. No hablaré del productor ni comentaré qué me parecía Alejandro Díez al frente de la banda. Pasaré por alto el día que les ví en directo y la impresión fría y escéptica que me llevé. Hablaré hoy de la cara iluminada de Los Flechazos.


Los Flechazos es una banda para conocer cuando uno tiene veinte años. Y es importante porque la mitad de la emoción se encierra en poder creerte sus letras. No es que mantengan un nivel muy uniforme, pero hay un buen puñado de ellas (podría citar seis o siete rápido) que merecen estar en lo más alto de la escalera de color  del juego. Hoy traigo una de ellas.

Para mí son canciones que te llevan a una de dos conclusiones:  pedirte la primera o pedirte la siguiente.

Luego pasa el tiempo y queda la música. Para mí personalmente ha envejecido muy bien. Me fastidia un poco que se haya grabado tan baja, pero si algún "jersey-de-cuello-vuelto" me lee se encargará de ponerme en mi sitio. El resultado no ha perdido fuerza. Y puede ser, lo decía antes, porque aún me creo las letras.

La canción de hoy se llama La chica de Mel.
Si tienes la suerte de no concerla, párate aquí y escúchala (la tienes más abajo).
Si, amigo, ya la conoces, qué te puedo contar? por ejemplo, que me gusta que hay que darle más de una vuelta para reconocer de qué está hablando realmente. Esto me hizo girar al principio. Los guiños a NYC, a Breakfast at Tiffany's, a Mel Ramos,... hasta el punto de haber tenido varias interpretaciones y haber estado encantado con cada una de ellas. Por eso mismo no diré la mía. Que cada cual saque la propia.

Volverán por aquí. Sin duda.

Cosas buenas a tod@s.


jueves, 6 de septiembre de 2012

Dónde están los charcos?

Este verano, mientras me apretaba unas latas de cerveza bajo la luna de agosto (tema que caerá, caerá) me decía un buen amigo que echaba de menos en el blog más "charcos". Los mismos que, en ocasiones, sí dejo caer por La Gramola. Es evidente que a mi amigo le tira la discordia y el morbo. Contemplarme sobre el filo de la navaja para quizás, en ocasiones, ver sus secretos gustos reflejados en mi pública reseña.

Expliqué una vez lo que era un charco, y es cierto que poco me he vuelto a meter, así que ya toca. Para gusto de mi colega, y para ofrecer diana a los dardos que, estimados lectores, tengan a gusto lanzar.

Así que, así las cosas, me meto de cabeza con una canción que me atrajo desde el primer momento en que la escuché. Lo curioso del asunto es que, cuando me llegó, yo había recorrido ya el camino de vuelta que una vez me llevara a incluso pagar entradas para ver en concierto a su intérprete. Pero dejémonos de tanto preámbulo. Hablo de Petroleros, un tema que Carlos Goñi publicó junto a su banda Revolver en su álbum 8:30 a.m de 2002.

No puedo decir que el madrileño (añadiría "-levantino") sea uno de mis puntos de referencia musicales, pero veo que se convierte en un lugar común de críticas por parte de individuos e individuas de variado pelaje. Unos por que no es lo suficientemente duro, otros porque se lo quieren demasiado las radio-fórmulas, hay terceros que le critican que es demasiado moñas escribiendo y nunca falta los que le acusan de figura de look impostado y hueco. No era yo seguidor de Comité Cisne por lo que poco puedo hablar de sus comienzos, pero sí que me llegó pronto en su etapa de Revolver, exactamente desde su primer trabajo como tal. Y no me desagradaba el sonido limpio y acústico de su música y la honestidad de su propuesta.
Sinceramente creo que aquel Básico que publicó en el 93 era un trabajo pionero de concepto, de grabación y de ejecución. Luego, las cosas como son, le fui perdiendo la pista. Imagino que no encontré la evolución en él que me esperaba después de aquel último disco. Tengo un post pendiente para dejarme un rato sobre este tema de la no evolución de algunos.

Pero un día, no puedo recordar cómo, me llegó esta canción, y me gustó. Tiene ese "algo" que tienen los charcos y que me cuesta definir. Me gusta el arranque del piano. Me gusta como entra la voz. Me gusta como cuadra la letra. Me gustan las analogías que cuenta y cómo pegan con el avance de la melodía. Me gusta el arreglo de cuerda. Y me parece que no intenta nada más. No le veo componiendo esto para que le aclamen en un estadio. No veo a las radio-fórmulas aguantando los casi cuatro minutos de este ritmo sostenido. Me volvió la honestidad que me transmitía al principio.

El tenía tanto miedo
que lo que más le asustaba
es que ella oliera su espanto
resbalando por la almohada.


Me gusta.

Cosas buenas a tod@s.



martes, 4 de septiembre de 2012

Asignatura pendiente

Dice uno que yo me sé que el protagonista que traje conmigo la semana pasada es mi gran asignatura pendiente del rock. Y puede ser que tenga razón, no digo que no, porque no estoy muy ducho en la música de este hombre, es más, tengo que reconocer que me lleva a escucharle más su entorno, los comentarios acerca de su música realizados por otros artistas y su continua referencia en diversos blogs que el sonido mismo de su guitarra.

Se llama Tom Petty y le he estado escuchando junto a sus Heartbreakers en el que fue su último disco con la MCA: Into the Great Wide Open (1991). Primero comentar que, a grandes rasgos, el de Florida ha editado discos en solitario y junto a esta banda de Rompecorazones desde 1976. Como éstos no son moco de pavo sino musicos de rompe y rasga creo que merece la pena nombrarlos, al menos en su alineación de cabecera, caben muchas posibilidades de que repitan por el blog: Mike Campbell (guitarra), Benmont Tench (teclados), Ron Blair (bajo) y Stan Lynch (batería).
Pues, decía, Petty tiene álbumes en solitario y álbumes con este grupo de sujetos. El escuchado pertenece a esta segunda categoría.
Además Petty se dejó querer por amigos (y vaya amigos) para formar parte de aquel supergrupo de supergrupos que fueron los Traveling Wilburys. Pero ésta historia la traeremos otro día al blog.

Tras el trabajo que nos ocupa inició una nueva etapa con otra compañía (nada menos que con Warner Bros) y de esta etapa tengo que hacerme con trabajos, ya que se mete en la película uno de mis personajes favoritos del último cuarto del sigloXX y comienzos del XXI, el productor Rick Rubin, pero, insisto, no puedo hablar, por ignorancia, de la misma.


Volviendo al Into the Great Wide Open. Petty me deja siempre la sensación de que "todo está bien pero..." Y no es una sensación agradable. Si la perfección la da el círculo, el de Petty está como hecho a mano, con un pulso firme, eso sí, pero a un paso de trascender el oído. La producción detrás del invento viene de un viejo conocido (y compañero en los Wilburys): Jeff Lyne. Un tipo que fue el alma de la Electric Light Orchestra (ELO). Credenciales, es obvio, le sobran, y sobre decir que, en ningún momento, pretendo poner en tela de juicio su capacidad para fabricar un buen trabajo. Expreso sólo el lado más emocional de la escucha cuando aseguro que no me acaba de llegar.

Razón de más para escuchar la etapa Rubin y comparar.

Curiosidad? Hay un tema de este álbum que se titula All the Wrong Reasons. Hay acordes, partes de la melodía, que me traen a la cabeza un viejo tema de Los Ronaldos. Me pasa a mí sólo? Alguién propone cual es?

Cosas buenas a tod@s.